Press "Enter" to skip to content

LA EDUCACIÓN VIRTUAL EN LA UNIVERSIDAD EN ÉPOCA DE PANDEMIA

admin 0
Imagen tomado de: https://comditech.com/category/soporte-tecnico/

Estamos atravesando una pandemia sanitaria con afectación global, lo que motiva a cambiar nuestros hábitos de vida, tanto en nuestro entorno familiar como laboral.

Observamos con asombro, todos los días, las estadísticas de las personas infectadas, fallecidas y en recuperación por el coronavirus; muchos de nosotros hemos sido afectados por estos acontecimientos, ya que sin duda cambia nuestro comportamiento diario.  Quizás conocemos a alguien que está padeciendo de esta enfermedad y por ende, nuestra preocupación se centra en orden de prioridad:  proteger a nuestras familias del contagio, proveer de alimentos, medicinas, suministros sanitarios y mantener nuestro trabajo como fuente de subsistencia. Este ambiente crea incertidumbre en el país, en particular a las universidades, que comienzan a tomar decisiones volcadas al teletrabajo obligado, sin una preparación previa.

En el mundo, se han cerrado escuelas, colegios y universidades, respetando el aislamiento social impuesto por esta pandemia; y se están haciendo esfuerzos por concluir los periodos académicos iniciados a través de entornos virtuales, pero ninguna institución educativa tiene claro si se debe iniciar un nuevo periodo académico con modalidad virtual.  Como consecuencia, se evalúan la normativa vigente en educación virtual, los recursos económicos y tecnológicos disponibles (computadoras, acceso al Internet, espacio físico, etc.), tanto de los estudiantes como de profesores; a ello se suma la preparación del material académico para asumir este tipo de formación y, sobre todo, se discute la efectividad de la formación profesional en entornos virtuales.

¿Es posible cumplir con los objetivos de aprendizaje de las asignaturas en aulas virtuales?; ¿Es posible cumplir con el perfil de egreso de los estudiantes, en un contexto de dictado en aulas virtuales en un estado excepcional?   Muchos son los argumentos a favor y en contra, sin embargo, mi criterio personal, si sirve de algo, es que NO se pueden cumplir los objetivos de aprendizaje en carreras de formación profesional en tecnología, ingeniería y ciencias, utilizando aulas virtuales, ya que son un apoyo, pero no suplantan al sistema habitual.   Este tipo de formación puede ser una alternativa en grado, en condiciones en que los estudiantes tienen dificultad de acceso, como es el caso de universidades cuya modalidad virtual es su fortaleza, como la UTPL, UNIR, etc., en posgrado y doctorado.  

La fortaleza y la calidad de la formación profesional radica en la discusión en el aula, las preguntas oportunas de los estudiantes en un determinado tópico, el análisis y explicación detallada del docente, resolución de tareas y ejercicios en grupo, así como también la captación de la atención mayoritaria de los estudiantes sobre un tema específico, los cuales se logran únicamente con la experiencia y solvencia del profesor presente en el aula.  Estas cualidades no serán posibles cumplir en una educación virtual en donde la tecnología facilita la interacción de más de una persona, más no la participación efectiva y el interés. Si no queda claro, preguntemos a nuestros hijos que se encuentran en clases virtuales, atormentados de deberes los cuales sirven para crear una evidencia física de la hora gastada.

En fin, ¿entonces qué hacemos?; propongo que tanto las autoridades como los profesores y personal de apoyo, se tomen una pausa para Planificar, Comunicar y Ejecutar (al fin y al cabo, es una pandemia de afectación global), tomar decisiones apresuradas únicamente llevan a repetir las actividades o a reprogramar.  Por lo tanto, lo más lógico es aplazar el inicio de clases hasta tener un plan bien organizado con la participación de todos los actores de la universidad.

El nuevo periodo académico debería ser idéntico a un PERIODO ACADÉMICO REMEDIAL, es decir, con clases virtuales modulares solo de aquellas asignaturas que demandan los estudiantes bajo ciertas condiciones establecidas por la autoridad académica.  En estos casos, se debería garantizar que se cuente con todos los recursos sin la presión de un ciclo completo; de nada sirve adelantar la aprobación de una asignatura en modalidad virtual, si en el siguiente periodo académico una tercera materia necesita, a más de la aprobada, de otra que no se tomó por tener contenido práctico o de laboratorio como requisito; por tanto, se pierde un semestre.

Las Instituciones de Educación Superior públicas deberían garantizar que todos los estudiantes matriculados tengan la posibilidad, en igualdad de condiciones, de cursar una asignatura, caso contrario sería discriminatorio; por ejemplo, según las encuestas realizadas, el 30% de los estudiantes no tienen recursos tecnológicos para iniciar las clases virtuales, la gran pregunta es, ¿qué hacemos con ellos?

Finalmente estoy seguro que esto pasará; nosotros habremos cambiado y miraremos al mundo con ojos de humildad, valorando las pequeñas cosas que nos dan felicidad y las instituciones de educación superior serán otras.  Se habrán generado nuevos objetivos y metas, redireccionando la VISIÓN y el MODELO PEDAGÓGICO de la universidad, en un contexto diferente, donde la formación y la investigación tendrán que orientarse a mejorar la calidad de vida del ser humano, en especial a los grupos vulnerables, lo que, a su vez, nos permite estar mejor preparados, rumbo al desarrollo científico y sortear con solvencia nuevos imprevistos.

Tarquino Sánchez Almeida

Quito, 6 abril del 2020

Comments are closed.